Hoy me gustaría ampliar la explicación que te hice sobre la asertividad. ¿Sabes que tienes derechos asertivos? ¿Sabes en qué consisten? Hoy te quiero explicar los más destacados y qué pueden aportar a tu día a día si los pones en práctica.
La comunicación pasiva y agresiva
La asertividad es la capacidad de expresar las ideas, opiniones y sentimientos de forma adecuada, respetando los derechos propios y ajenos, con honestidad. Si quieres saber más, tienes un blog dedicado a ello. Para ampliar lo que sabes de este tema, me gustaría explicarte que tienes unos derechos asertivos y que pueden ayudarte a comunicarte y a relacionarte de forma asertiva con los demás.
Aunque estos derechos no guardan la forma legal del Código Civil o penal merece la pena conocerlos y, en la medida de lo posible, ejercerlos. La lista total varía según los autores o la fuente que se consulte, hay listados de hasta 30 derechos. Muchos están relacionados entre sí, ya que en el fondo buscan lo mismo, aprender a respetarnos y a respetar a los demás.

Los primeros derechos asertivos
En su libro “When I say no, I feel guilty”, Manuel J. Smith, recopiló los primeros derechos asertivos. ¿Quieres saber cuáles son?
Tienes derecho a tener tus propias necesidades. No solo puedes tener tus propias necesidades, sino que son tan importantes como las de los demás. Recuerda que, aunque en ocasiones otras personas parecen saber lo que te viene bien, eres tú el que mejor puedes saberlo.
Tienes derecho a establecer tus prioridades y tus propias decisiones. Es importante que no hagamos las cosas para que los demás estén satisfechos con nosotros. Ten en cuenta que tu jerarquía de valores es tan legítima como las demás, siempre teniendo en cuenta que no debe atentar a los derechos de los demás.
Tienes derecho a cambiar de opinión o de idea. Puedes cambiar de opinión las veces que sean necesarias. En tu historia de aprendizaje vas a vivir distintas experiencias que probablemente te hagan cambiar de opinión sin que signifique que seas una persona incoherente.
Tienes derecho a expresar tus ideas, tus sentimientos y tus emociones. No hay emociones buenas ni malas, aunque sí agradables y desagradables, sin embargo, todas forman parte de ti. Es importante expresarlas, ya que es tu derecho y tu necesidad.
Tienes derecho a negarte a una petición, a decir “no” sin sentirte egoísta o culpable. Está muy relacionado con la capacidad de poner límites saludables. Es fácil que nos podamos sentir mal si no hacemos lo que quieren otros, pero tienes que tener en cuenta tu energía, tus gustos y lo que tú quieres hacer. También hay que asumir que al igual que tú puedes decir no, el otro también puede hacerlo.
Otros derechos asertivos
Como te comentaba antes, a los derechos asertivos propuestos inicialmente se les han ido sumando más. Me gustaría comentarte algunos que me parecen importantes.
Tienes derecho a equivocarte y a cometer errores. Es muy importante tener en cuenta que cuando haces algo, tienes la posibilidad de equivocarte. Aunque no quieras fallar, es posible que suceda. Es algo normal y necesario para poder aprender. Ten en cuenta que solo se equivoca aquel que hace cosas.
Tienes derecho a no hacer caso de los consejos de los demás. Ten en cuenta que si alguien te aconseja lo hace desde su experiencia y su creencia, pero eso no significa que tengas que actuar como te han dicho. Esto no significa que no tengas cariño o respeto a la persona que te aconseja, simplemente estás creando tu propio camino de acción.
Tienes derecho a sentir y a expresar dolor. No es de flojos o de débiles sentir dolor, es una experiencia interna común a todos los humanos. Poder expresarlo puede ayudarnos a gestionarlo y a entenderlo mejor.
Tienes derecho a quejarte y a protestar. Si entendemos que algo no sucede como nos gustaría o que lo entendemos injusto tenemos que decirlo, es la única forma de poder cambiarlo. Hay que recordar que tienes que intentar ser respetuoso cuando expreses tus protestas.

¿Y qué hago con todo esto?
Es posible que al leer estos derechos pienses que son una carta a los Reyes Magos, o que pienses que es imposible llevarlos a cabo. Esto está relacionado con que las personas normalmente permitimos que se transgredan nuestros límites y llegamos a normalizarlo. No te sorprenderás si te digo que esta es la causa de muchos problemas que tenemos a lo largo de nuestra vida.
Te sugiero que vuelvas a leerte estos derechos de nuevo y plantéate cómo puedes introducirlos en tu vida cotidiana. Es importante hacer los cambios poco a poco y con gente con la que tengas confianza. Recuerda que todos los derechos asertivos son bidireccionales, es decir, son válidos para ti, pero también para el resto de las personas.
Hay un último derecho que me gustaría que conocieras, tienes derecho a elegir no comportarte de forma asertiva. El hecho de que sepas que algo te puede venir bien no significa que lo tengas que hacer. Los derechos asertivos están pensados para ayudarte, no para ser un obstáculo en tu vida.
La asertividad como derecho
Como has leído, existen una serie de derechos que te van a ayudar a introducir la asertividad en tu relación con contigo mismo y con los demás. Es una forma de poner en valor tus opiniones, tus ideas y lo que tú quieres hacer. Estos derechos puedes ejercerlos o no, pero es importante que los conozcas para tener la posibilidad de elegir lo que quieres hacer. No puedes elegir aquello que no sabes.
Si consigues introducirlos en tu vida, es probable que fortalezcas tu autoestima, que reduzcas tu estrés y tu ansiedad, así como mejorar tus relaciones interpersonales. Si crees que no puedes llevarlos a cabo tú mismo, puedes consultar con un terapeuta para que te ayude en este proceso. A veces puedes sentir bloqueos y pedir ayuda nunca va a ser una mala opción. En Eira Fisio estaremos dispuestos a ayudarte.
0 comentarios